Este sábado 1 de octubre tuvo lugar en Covadonga la jura de bandera civil más numerosa de la historia de Asturias en la que participaron cerca de mil personas. El acto fue minuciosamente preparado por el Regimiento de Infantería Ligera “Príncipe” nº3. El clima daba su permiso. El marco del Real Sitio ponía la belleza y la historia del lugar ponía el peso del momento. Un momento solemne, bello e histórico en el que tantos civiles manifestaron su compromiso con su país.
Junto a la jura de bandera tuvo lugar un homenaje a los caídos en acto de servicio. Se depositó bajo la estatua de Pelayo una corona de laurel, signo de la victoria y de la vida eterna, vida que no acaba y que llega después de la muerte para aquellos que vivieron con fe, esperanza y caridad. El gesto fue acompañado por un canto entonado por todo el Regimiento y por una oración del capellán:
¡Oh Dios!, Padre nuestro y amigo de los hombres,
que premias con generosidad los actos nobles de tus criaturas:
A cuantos hicieron oblación de sus vidas en el servicio de España,
concédeles tu amistad y el premio de la vida eterna.
Y a nosotros, los que caminamos aún aquí en la Tierra,
españoles de diversas creencias religiosas y concepciones de la vida,
ayúdanos a estar unidos en la construcción de la paz y de la justicia.